El déficit de docentes impacta la calidad del aprendizaje en todo el planeta. Entre las acciones esenciales están mejorar los salarios, las condiciones laborales y las oportunidades de formación para enfrentar un desafío que ya afecta a millones de estudiantes
Para 2030, el mundo necesitará 44 millones de docentes más para cubrir la demanda educativa. No se trata de un horizonte lejano: faltan menos de cinco años para enfrentar un déficit que afecta tanto la calidad del aprendizaje como la estabilidad de los sistemas educativos. Así lo expone el informe From Crisis to Classroom: A Global Blueprint for Teacher Retention, elaborado por Bett, una organización internacional dedicada a conectar a líderes del ámbito educativo con innovaciones tecnológicas, y la empresa tecnológica HP. El documento destaca que la crisis es compleja y sus causas varían según las regiones. En África subsahariana, el crecimiento demográfico impulsa la necesidad de reclutar nuevos docentes. En Europa y América del Norte, el desafío principal es la retención de quienes ya ejercen, en un contexto de envejecimiento poblacional. América Latina no está mencionada, pero la región comparte problemáticas vinculadas a la falta de incentivos para la profesión docente, desigualdades en el acceso a la formación continua y la presión de contextos socioeconómicos que impactan en la permanencia en el aula. Uno de los factores centrales es la insuficiente remuneración salarial. En más de la mitad de los países del mundo, el suelo docente está por debajo de los de otras profesiones con formación equivalente. En países como Sierra Leona, el ingreso promedio de un maestro es de 97 dólares mensuales, mientras que en la República Democrática del Congo y Nepal ronda los 130 dólares. La falta de perspectivas de crecimiento profesional y el escaso reconocimiento social agravan este panorama. Las condiciones laborales son otro punto crítico. Sobrecarga de trabajo, aulas superpobladas y entornos poco adecuados para la enseñanza afectan la salud física y mental de los docentes. La falta de oportunidades de desarrollo profesional continuo también contribuye a la crisis. En muchos casos, los docentes no tienen acceso a formación actualizada ni a programas de especialización, lo que limita su crecimiento y provoca desmotivación. La incorporación de tecnologías en el aula, sin la capacitación adecuada, puede convertirse en una carga más que en un apoyo, generando frustración y resistencia. El fenómeno de la migración docente se presenta en distintas formas. En algunos países, los maestros buscan mejores condiciones en el extranjero, mientras que en otros migran del sector público al privado o hacia otras profesiones con mayores incentivos. En América Latina, este fenómeno se manifiesta tanto en la migración internacional como en la pérdida de talento hacia sectores no vinculados con la educación, debido a la falta de estabilidad y proyección profesional.
El informe del Observatorio de Argentinos por la Educación toma datos de las pruebas PISA de 2012 y 2022 y advierte que esta segregación no solo perpetúa las desigualdades sociales, sino que también afecta la calidad educativa y la cohesión social.
Desde APUL aseguran que están peor que el año pasado, y que el 70Þ sus representados están por debajo de la línea de la pobreza.
La seccional santafesina del gremio que nuclea al magisterio privado resolvió aceptar la propuesta del gobierno, aunque “en total disconformidad”. A su vez, anunció que se suma a la medida de fuerza que definió el Sadop Nacional.