El menor estaba a 198,5 metros del lugar donde se originaron los disparos, el deceso fue confirmado por el padre
Thiago Correa estaba a 198,5 metros de la posición desde la que un policía federal disparó para defenderse del ataque de cuatro delincuentes. Esa distancia recorrió la bala que impacto anteanoche en la cabeza del niño de 7 años que esperaba en Ciudad Evita un colectivo junto con su padre. Thiago murió tras casi dos días de agonía en La Matanza. Cuando fue emboscado en Crovara y Madrid, el oficial ayudante Facundo Daniel Aguilar Fajardo, de 21 años, numerario de la Dirección Montada de la Policía Federal Argentina, también esperaba un colectivo. Se encontraba sin uniforme y de franco, acompañado por su madre, al ser amenazado por cuatro delincuentes armados. Se defendió, disparó al menos una decena de veces con su pistola reglamentaria. Era el primer tiroteo en su carrera que había empezado con el egreso de la escuela policial en diciembre pasado. “Necesito justicia. Justicia por Thiago, por favor. Esto se tiene que pagar como tiene que ser”, dijo, emocionalmente quebrada, la madre de Thiago al informar el fallecimiento del chico en el hospital de Niños de San Justo. “Los responsables directos de la situación de Thiago son los delincuentes”, había expresado ayer la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pocas horas antes de conocerse la muerte del menor. Señaló la funcionaria que el oficial actuó en legítima defensa tras ser amenazado con un arma por cuatro ladrones. Defendió su vida y la de su madre frente a la agresión inesperada. Tres de los cuatro ladrones cayeron baleados mientras corrían, arma en mano. Un revólver calibre .38 se encontró en el lugar del hecho. La grabación de una cámara de seguridad expuso el momento de la caída de esa arma. Brandon Corpus Antelo, de 18 años, uno de los asaltantes, murió en el lugar tras recibir seis disparos. En tanto, Uriel Alexis Montenovo, de 21 años, recibió un disparo en la pierna derecha. Por su parte, Uriel Emanuel Leiva, también de 21 años, fue herido en el abdomen y permanece en estado crítico. Una de las balas siguió la trayectoria hasta impactar en Thiago. “Estaba hablando con él lo más bien, de la vida. De cómo vamos a seguir adelante nosotros, como padre e hijo. Lo tenía a ‘cocochito’ porque él me lo pidió. Me dijo ‘pa, hace mucho que no me llevás’. Cuando pasó eso me dijo ‘pa’ nomás. Y ahí empecé a gritar”. Así, Víctor Correa relató a los medios de comunicación el momento en que su hijo recibió el impacto de la bala 9mm. Esta noche confirmó el deceso del chico. El fiscal Diego Rulli, ordenó la aprehensión del oficial Aguilar por presunto exceso en la legítima defensa, así como la detención de los dos asaltantes heridos. Será indagado mañana nuevamente, pero esta vez por la muerte de Thiago. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, brindó un fuerte respaldo al policía detenido. “La acción del policía fue de legítima defensa”, sostuvo la funcionaria nacional en una conferencia de prensa, en la que estuvo acompañada por el secretario de Justicia, Sebastián Javier Amerio.
El cuerpo fue encontrado dentro de un bolso, con la placenta y signos de estrangulamiento. Investiga la justicia.
El sacerdote tenía 83 años y vivía en el monasterio benedictino de Los Toldos. Había sido acompañante espiritual del padre Carlos Mugica.
El hombre fue identificado como Fernando Del Archiprete y tenía 40 años; su esposa se llamaba Rocío Villarreal (34
Enzo Arlando Pitau, de 35 años, sufrió una descompensación repentina en pleno campo de juego y falleció minutos después en el hospital local.