El asesinato de María Elba Debárbora, atacada con un martillo por su expareja Lucas Niemiz, expuso crudamente la ineficacia de muchas medidas judiciales para proteger a las víctimas de violencia de género. A pesar de una orden de restricción vigente, la mujer fue brutalmente asesinada, generando una ola de indignación en toda la comunidad. Lejos de ser un hecho aislado, este caso se suma a un patrón alarmante de violencia contra mujeres en el norte santafesino. Solo en las últimas 48 horas, se conocieron otros dos episodios graves, ambos con intervención policial y judicial. Isleta Centro: detenido tras golpear y amenazar a su expareja El domingo 25 de mayo, cerca de las 21:10 h, la policía intervino en un nuevo episodio de violencia en la zona rural de Isleta Centro. José María Robledo, de 41 años, agredió y amenazó a su expareja, una mujer de 36. Tras la denuncia y una rápida búsqueda, fue hallado descalzo en un camino rural y detenido por efectivos de la UR IX. Villa Ana: prisión preventiva para agresor reincidente El lunes 26 de mayo, en la Oficina de Gestión Judicial de Las Toscas, se resolvió mantener la prisión preventiva para Ermindo Esteban Leonard. Había sido detenido en febrero tras violar reiteradamente medidas de restricción hacia su expareja, a quien amenazó con degollar dentro de su casa en Villa Ocampo. La jueza Natalia Palud rechazó un pedido de libertad restringida y argumentó el alto riesgo para la víctima y sus hijos. Un tercer hecho estremeció a Villa Ocampo: mujer apuñalada por su vecino en el Barrio San José Este miércoles 27 de mayo, a las 6:45 h, Marisol Ramírez, de 35 años, fue atacada por su vecino Ezequiel Ramírez, quien irrumpió en su vivienda mientras dormía. La empujó fuera de su casa, la arrojó a la cuneta y la apuñaló antes de darse a la fuga. Fue detenido más tarde mientras se escondía en un campo. La víctima fue hospitalizada y el caso quedó caratulado como “lesiones dolosas”. Que no haya más María Elba Debárbora Desde distintos sectores de la sociedad se exige mayor celeridad y firmeza judicial, medidas efectivas de prevención y contención para las víctimas, y políticas públicas que prioricen la vida y la seguridad de las mujeres. Estos hechos confirman lo que muchas vienen diciendo desde hace años: la violencia machista no espera y el Estado no puede seguir llegando tarde.
Un joven de 26 años protagonizó un violento accidente automovilístico en Uruguay mientras corría una picada, que provocó la muerte de una pareja y causó una enorme conmoción.