La urbanización con la recuperación de la laguna duró poco
tiempo, porque hasta se formó una “zona roja”
donde se ejerce la prostitución. Con 42 grados de temperatura, los vecinos
aguardaron bajo el refugio de un árbol frente a la laguna Seitor al equipo de
NORTE.
“Salimos del
fresquito y de la comodidad del aire acondicionado, porque necesitamos contar
lo inseguros que estamos viviendo en este barrio”, dice Maira Sánchez,
al explicar la urgencia de hacer saber a las autoridades provinciales y
municipales los riesgos de cada día.
El hartazgo vecinal ocurre luego de un violento hecho de
sangre, donde un hombre fue atacado con arma de fuego. “Se escucharon más de seis disparos”,
detalló Maira.
Es verdad porque el lesionado Facundo Perichi -de 28 años-
fue operado de urgencia porque ingresó al hospital Julio C. Perrando con dos
heridas de arma de fuego; el joven no
quizo declarar sobre el móvil del ataque. Una vivienda frente al lugar del
tiroteo -en Fray Bertaca y Julio Roca- tiene en su pared 4 impactos de
proyectiles que no alcanzaron a Perichi.
Villa Seitor está rodeado por los barrios Toba y Pegoraro y
-según testimonios recogidos en el lugar- en esos sectores prolifera la
delincuencia y es desde donde se la irradia. “Desde hace 10 meses, que se recuperó la laguna, los
hechos de violencia crecieron y son cada vez más graves”, mencionó
Norma, otra de las habitantes.
EL VIOLENTO ROBO A UNA ANCIANA
Maira no puede olvidarse del cruel ataque a una anciana:
Ese día la mujer iba con su niña y vio cómo ladrones abordaron a la víctima: “La desmayaron cuando cayó, tras
el robo de la cartera”.
El estilo de vida de
todos se ha modificado. “Tenemos acá cerca un supermercado chino y solamente
vamos hasta las 20, porque más tarde es peligroso”, dice
resignada la joven, que lleva 15 años en Villa Seitor.
“Tomar el colectivo
es una tarea de máximo riesgo, y cuando voy a la parada ruego que haya un
vecino”,
agregó, por lo que pidió a las autoridades del Ministerio de Seguridad -a cargo
de Gloria Zalazar- se aumenten los patrullajes intensivos durante el día. El
barrio está bajo jurisdicción de la comisaría Décima.
“Rompieron y robaron
todo en el paseo de la laguna”, lamentó. "Había un sereno, pero lo dejaron poco tiempo y no
vino más". También consideró muy peligroso porque niños se arrojan
al espejo de agua y está prohibido. "Tenemos que hacer de cuidadores y bañistas", advirtió
Maira.
Por los reiterados robos, los vecinos, en una oportunidad,
realizaron una manifestación con corte de calles.
"NECESITAMOS
MÁS PATRULLEROS"
Olga Portale lleva 4
décadas en Villa Seitor y luchó para que su barrio tenga un lugar donde la
familia pueda concurrir para los momentos de recreación y ocio. "Fui una de las más
perjudicadas por el basurero que estaba a una cuadra de mi casa",
recordó.
El presente la encuentra frente a otra problemática y se
sumó a los más jóvenes para alzar una vez más la voz: "Antes había inseguridad pero ahora está más
complicado que nunca. Pedimos más patrulleros y más policías, pero también
alumbrado público, como por ejemplo en Julio Roca al 1900, donde es una boca de
lobo ese lugar", remarcó Olga, respecto de algunas de las
falencias, al pedir a los gobiernos municipal y provincial que tomen nota sobre
la demanda de la vecindad.
"ZONA ROJA" A LA
VISTA DE TODOS
Los vecinos se quejaron porque la prostitución es ejercida
a toda hora. "Estamos
afuera y vienen las trabajadoras sexuales con sus clientes, debajo de un foco
lo hacen y nosotras estamos con nuestros hijos", dijo otra vecina,
que prefirió no decir su nombre. Además, se registraron hechos de violencia de
parte de "uno que es
como la seguridad y golpea a las mujeres que trabajan para él. Es terrible todo
lo que vemos".
"VIVIMOS ENREJADOS Y CON MUCHO
MIEDO"
Cinthia García precisó que su hermano asistió "al hombre que se desangraba", en
referencia al ataque con arma de fuego justo en la esquina de su casa familiar.
Es trabajadora social y vive en Buenos Aires, pero "vengo a mi hermosa provincia en julio y
diciembre". "Cada año se hace más inseguro, suponía que con la
urbanización y con una laguna que quedó tan bella al erradicarse el basurero
íbamos a tener un lindo lugar para vivir, pero cada vez crece más la
inseguridad". "Todos
los vecinos, y sobre todo los más antiguos, pelearon tanto para poder tener una
plaza familiar y la inseguridad es parte de lo cotidiano: ya no se puede salir
a la vereda, a sentarse con los seres queridos a compartir un mate",
se quejó Cinthia.
‘Todo el tiempo pasa
algo, estamos enrejados porque tenemos miedo, y lo que ocurre en el barrio es
insostenible, porque la violencia se naturalizó y vienen a robarte en la cara;
o te tocan timbre y, si no les das nada, te rompen todo‘. "Ves a jóvenes
sin rumbo que pasan por acá, dados vuelta por la droga y ensangrentados. Esto,
potenciado por lo que ocurre en la zona de El Triángulo"
UN MENSAJE QUE DEBEN OÍR LAS
AUTORIDADES
Los vecinos esperan que las autoridades escuchen sus
reclamos a fin de prevenir hechos que cuesten la vida de alguien. Por poco, el
incidente de hace una semana deja el saldo de un muerto. Además, caben señalar
las consecuencias colaterales que pudo haber significado si la trayectoria de
los disparos salía hacia el lado donde las familias compartían un momento en la
laguna Seitor.
Los sucesos son permanentes en Villa Seitor, una muestra
más de lo que ocurre en todos los barrios, donde la delincuencia no da tregua .
No es menor que los hechos vinculados con ajustes de cuentas cada día son más
comunes en Resistencia, donde los enfrentamientos se dirimen a plena luz. Como,
por ejemplo, el homicidio de Mario Gómez en Villa San Martín, cuando estaba
comprando torta a la parrilla.
Fuente: Diario NORTE