En lo que va del año ocurrieron al menos 14 homicidios en
este sector de la ciudad, uno de los más afectados por el narcomenudeo. El
escenario se extiende a dos barrios más, Larrea y Empalme Graneros.
Si hay una certeza respecto de lo que ocurre en Rosario con
la violencia callejera, es que repercute sobre todo en los barrios por fuera
del macrocentro. También que hay algunos territorios puntuales que se afirman
como escenario de disputas que sacuden a sus vecinos. Tal es el caso de
Ludueña, uno de los puntos de la ciudad donde más crímenes se registran en lo
que va de 2022. En ese contexto, distintas instituciones del barrio difundieron
un comunicado en el que hablan de "escenario de guerra" y piden a las autoridades
políticas que presenten un "plan de acción".
EN 5 MESES 14 ASESINATOS
En los primeros cinco meses de 2022 fueron asesinadas 14
personas en el barrio Ludueña. Muchos de esos hechos responden a una disputa por
el narcomenudeo que se
extiende a dos barrios más, Larrea y Empalme Graneros. Si se suman los casos en
los tres barrios, la cifra de homicidios llega a 28 casos en lo que va del año.
El último de estos hechos fue el crimen de Hugo Guantay, un chico de 18 años
que estaba junto a un amigo cuando recibieron varios balazos. En el barrio el
comentario fue que a los chicos los atacaron solo por estar ahí, en una zona y
en un contexto particular en el cual dejar un muerto en la calle fue todo un mensaje.
Ese último caso fue el que recuperaron distintas
organizaciones sociales e instituciones comunitarias del barrio Ludueña al
momento de posicionarse sobre lo que está pasando en ese punto del noroeste
rosarino. "Fueron
dos víctimas esta vez, podrían haber sido más", dijeron sobre
la muerte de quien conocían como "Huguito", se había criado en el barrio y fue
velado en la capilla Santa Rita, donde participaba de actividades al igual que
en el espacio "La
Hormigonera", de la organización "Hormigas de Barrio". "Como ocurrió
en otras oportunidades, la zona se colma de fuerzas de seguridad, medios de
comunicación y políticos realizando un despliegue superficial y momentáneo,
pero al cabo de días vuelve a suceder como una reproducción cíclica a la cual
los sectores más postergados estuviéramos destinados", sostiene
el comunicado.
El texto fue firmado por la comunidad educativa de las
escuelas y asociación civiles del barrio. Entre ellas, la Escuela Primaria
Luisa Mora de Olguín, la Escuela Ténica Nazaret, la Escuela Secundaria Don
Bosco, la Escuela Orquesta Barrio Ludueña, el centro de día Saltimbanqui, la
asociación civil Grupo Desde el Pie y el Jardín de Infantes Belén.
"Desde
la comunidad de barrio Ludueña venimos asistiendo sistemáticamente a la muerte
de niños, adolescentes y adultos que quedan presos de los tiroteos o son blanco
de balaceras por disputas territoriales de nuevas bandas delictivas", dice
el escrito. En ese sentido aparece un aspecto concreto: en el barrio se sabe lo
que pasa, en el boca en boca aparecen nombres de personas vinculadas a estas
bandas mucho antes de que sean detenidas. En ocasiones son jóvenes que
crecieron en el propio barrio, e incluso muchas veces se trata de familias
enteras atravesadas por disputas. "El intenso crecimiento del narcomenudeo en nuestra ciudad y los
silencios desde ciertos sectores de poder han profundizado excesivamente esta
situación", agrega el comunicado.
BARRIO TOMADO
-La primera persona asesinada en 2022 en barrio
Ludueña fue William Agustín Rillos -de 17 años- baleado desde una moto en Casilda al 5900.
En febrero hubo 4 casos más:
-El policía Sebastián Ibarra (37) y Nicolás
Ferrero (23) fueron asesinados el 12 de ese mes cuando estaban juntos en
Vélez Sarsfield al 5500 y los atacaron a balazos. -Brian Ortigoza (26)
fue baleado en Vergara al 2200.
-El día siguiente a Verónica
Almada (38) la acribillaron en la puerta de su casa de Urquiza al 6600 el
18 de ese mes.
-El 13 de marzo mataron a Brenda Bravo (24) cuando
estaba en una fiesta callejera en Larrea y French.
-10 días más tarde
fue asesinada Lidia Menseguez (45) en Liniers al 300 bis.
La saga continuó en abril con tres homicidios
consecutivos:
-El 13 fue baleado Alexis Cabral (25) en Ghandi al
5500;
-El 14 Cristian "Larva" Fernández (28) en
Gorriti y Campbell.
-El 15 Bárbara González (30) en Gorriti al 6200.
-El 23 del mismo mes fue asesinada Magdalena Acosta (74)
al recibir diez balazos en Rafaela al 5200.
-El 28 fue baleado Eías Amaro (21) en Gorriti y Felipe
Moré. -El 16 de mayo, en Bielsa y Cullen, fue asesinado José Mugurusa (24).
-Por último, Hugo Guantay (18) en Humberto Primo al
2000.
EL TRANSFONDO: EL NARCOMENUDEO
Detrás de la mayoría de esas muertes aparece el trasfondo
del narcomenudeo. El caso de "Larva" Fernández -hombre cercano a Los
Monos- fue tal vez el más gráfico por tratarse de una persona directamente
involucrada en un conflicto. Pero también aparecieron otros hechos, como el de
Magdalena Acosta, que según testigos salió a pedir a "tiratiros" del
barrio que justamente dejaran de gatillar y la respuesta fue una lluvia de
balazos. En ese contexto la cuestión del narcomenudeo va más allá de las
broncas puntuales entre bandas y se extiende a un barrio atravesado por esa
situación.
EN EMPALME GRANEROS
El conflicto supera los límites de Ludueña y alcanza, por
ejemplo, a Empalme Graneros. En ese marco hubo varios homicidios vinculados a
una disputa entre dos bandas: los Riquelme, de Empalme, que responderían a
Esteban Alvarado, contra el grupo de Ludueña que en la calle controlaban
"Larva" Fernández y Mauro Gerez, ligados a Los Monos.
Los referentes sociales de Ludueña explicaron en este
comunicado, a través de preguntas cada vez más frecuentes, cómo esta situación
afectó a la vida cotidiana de los vecinos del barrio.
¿Cuándo nos tocará?
¿Cómo protegemos a los chicos dentro de la escuela?
¿Y a los que no pueden salir de sus casas por amenazas o
por miedo?"
Indicaron y
agregaron: "Es un
barrio tomado".
OTRO NEGOCIO: LA EXTORSIÓN A LOS COMERCIANTES
Este domingo 12 de junio, La Capital publicó un informe que
muestra cómo las extorsiones seguidas de balaceras se constituyeron en un
negocio paralelo al comercio de drogas. El caso testigo fue justamente en
Ludueña, a partir de la imputación a una banda que entre julio de 2021 y mayo
de 2022 estuvo detrás de al menos 40 extorsiones a comerciantes y vecinos del
barrio. La persona identificada como organizadora de la banda en la calle fue
Mauro Gerez, el mismo nombre que aparece cuando se habla de disputas entre
bandas dedicadas al narcomenudeo. Así, aquello de "barrio tomado" toma forma
más allá de los homicidios y alcanza a otros conflictos como el hecho de que un
comerciante no pueda sostener su negocio por las extorsiones o que una familia
tenga que abandonar su vivienda familiar tras ser amenazados.
LAS COSAS POR SU NOMBRE
"Es
un escenario de guerra, en el cual las personas no mueren, son asesinadas",
indicaron los referentes sociales en su comunicado. "Debemos llamarle asesinato, porque las
palabras tienen densidad y no es lo mismo la muerte de Huguito que el asesinato
de Huguito", agregaron.
"El
asesinato tiene una acción, una estrategia y se dirime en términos políticos
porque el sufrimiento de nuestro barrio tiene responsables",
analizaron. En ese sentido pidieron: "Que las autoridades se hagan presentes en el barrio
como actores políticos y presenten un plan de acción que incluya condiciones
dignas de vida".
Estas instituciones analizaron que dicho "plan de acción"
no debe centrarse solo en las consecuencias de la "violencia generada por los tiroteos"
sino también de la "provocada
por el olvido de políticas públicas básicas". "Han sido
innumerables los reclamos realizados por la falta de luz y alumbrado público,
el estado de las calles, la carencia de líneas de transporte público que
ingresen a Ludueña", explicaron.
BARRIO LUDUEÑA
El barrio Ludueña es uno de los sectores de Rosario con más
presencia de instituciones estatales y organizaciones civiles, sin embargo,
reconocen que desde hace tiempo la situación supera el alcance de estos
espacios. "Somos
conscientes que la competencia desde nuestras prácticas pedagógicas con las
organizaciones de narcomenudeo resulta desventajosa y arrasadora a la vez. Es
imperante una lectura territorial en conjunto con la planificación de nuevos
modos de encuentro con el otro", indicaron.
Fuente: LA CAPITAL de Rosario