El día 26 de Julio se cumple
un nuevo aniversario del fallecimiento de Eva Perón, compañera del fundador del
Movimiento Peronista. Esa mujer que se metió en el corazón de los más humildes,
de los más necesitados
“Nadie sino el pueblo me
llama Evita. Cuando elegí ser Evita sé que elegí el camino de mi pueblo. Si
este pueblo me pidiese la vida, se la daría cantando, porque la felicidad de un
solo descamisado vale más que toda mi vida”. Esas palabras, dan testimonio de
su entrega y su amor por el pueblo argentino. Pero no sólo dio testimonió con
su discurso, sino que también lo hizo poniendo su cuerpo en cada acción, hasta
que su salud se lo permitió.
“Yo no quise ni quiero nada
para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi
pueblo. Y aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes
recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria”, dijo poco antes
de su paso a la inmortalidad.
NACIMIENTO
El 7 de Mayo de 1919 en los
Toldos, provincia de Buenos Aires, nace María Eva Duarte, hija de Juana
Ibarguren y Juan Duarte.
En 1930, ya fallecido su padre, la familia se traslada
a Junín en donde pasa cuatro años hasta que parte a Buenos Aires, llamada por
su vocación artística y se integra a grupos teatrales, trabaja como actriz en
películas y en la radio. En 1944 es elegida Presidenta de la Agrupación Radial
Argentina.
CONOCE A PERÓN
Ese mismo año conoce al
coronel Perón en el Festival celebrado para recaudar fondos para las víctimas
del terremoto de San Juan. La relación entre Evita y Juan Domingo Perón los
lleva al casamiento a fines de 1945.
A partir de ese momento,
trabajaron juntos día a día, desde la campaña electoral que llevó a Juan
Domingo Perón a la Presidencia de la Nación, hasta el fatal día en el que Evita
terminó su vida.
Ese 7 de mayo fue un día
crucial para la Argentina en donde una chica humilde, con una madre cabeza de
esa familia que luchó sola para criar a sus cinco hijos, en un pueblito de la provincia de Buenos
Aires, llegó a este mundo para cambiarlo, para hacer justicia con los más
desprotegidos, los más pobres, con los que no tenían oportunidades.
EL 17 DE OCTUBRE
El 17 de octubre de 1951,
cuando Evita recibió de manos del general Perón, la Gran Medalla Peronista en
Grado Extraordinario, estaba muy pálida
y había saludado al pueblo reunido en la Plaza de Mayo sostenida por
Perón. Después de recibir la medalla, se fundieron en un largo abrazo y al
verla tan emocionada, al comprender que no podía hablar, Perón tomó el
micrófono y dijo:
“Nunca podría haberse resuelto
un homenaje más justiciero, más hondo y
más honorable que esta dedicación del 17 de octubre a Eva Perón. Ella no sólo
es la guía y la abanderada de nuestro movimiento, sino que también es su alma y
su ejemplo. Por eso, como jefe de este Movimiento Peronista, hago pública mi
gratitud y mi profundo agradecimiento a esta mujer incomparable de todas las
horas.” (“…”)
“Ella durante estos seis
años, me ha mantenido informado al día de las inquietudes del pueblo argentino.
Ese maravilloso contacto de todos los días en la Secretaría de Trabajo y
Previsión, donde ha dejado jirones de su vida y de su salud, ha sido en
holocausto a nuestro pueblo, porque a permitido que a pesar de mis duras tareas
de gobierno, yo haya podido vivir todos los días un rato largo en presencia y
contacto con el pueblo mismo.
Aparte de todo ello, ella ha
tenido con su tino maravilloso, la guarda de mis propias espaldas, confiadas en
su inteligencia y su lealtad, que son las dos fuerzas más poderosas que rigen
el destino y la historia de los hombres”.
En este nuevo aniversario de
su nacimiento, la recordamos con amor y gratitud.
Evita será siempre la llama
de la revolución.