Para la presión intensa
-también llamada “apriete”- El Profesional está mejor preparado que El
Sobrinito.
Pesados que compiten, a su
pesar, por la sucesión de Héctor Magnetto, El Beto, que atraviesa la grave
tendencia hacia la eternidad.
El último que quiso
enfrentarlo estaba seguro de su partida. Fue Néstor, El Furia. En colaboración
sutil con Raúl Moneta, El Rulo.
El que finalmente partió fue
Néstor. Mientras tanto El Rulo, fuera de juego, se quedó con la mirada perdida
en el horizonte que no distingue.
Bien formado, flaco, mezcla
de Jeff Chandler con el doctor Raúl Madero, El Profesional es el clásico
lobbysta del Grupo Clarín. Con la experiencia para enarbolar la coherencia
empresaria. También sobrevivió a la ofensiva del “sistema” que no pudo doblegarlos.
El sistema que Néstor, “El Presi”, les puso en contra.
En su momento acompañaron a
Néstor, hasta que les aprobara la fusión Cablevisión-Multicanal.
No sorprende ahora que la
prioridad sea acompañar a Mauricio, hasta la aprobación del penúltimo invento.
La megafusión
Cablevisión-Telecom.
Todo
es historia
Desde que expulsaron a
empujones a los desarrollistas, referenciados en Rogelio Frigerio, El Tapir
(abuelo de El Tapirito), las alianzas empresarias y fusiones signaron el
ascenso del Grupo.
El Lobby PatrióticoAtrás
quedaron logros nada menores de El Profesional. La apodada Ley Cultural,
obtenida durante el gobierno transicional de Eduardo Duhalde, un presidente de
La Casa. Considerado el máximo benefactor de Clarín. Al extremo de anunciarse
la estatua de bronce al Gran Bañero, en Tacuarí y Caseros.
Pero en materia benefactora,
Duhalde fue superado, por goleada, por Macri, quien se ganó el derecho a una
estatua superior. Como golfista. En oro.
Para la anécdota queda la
semana vibrante del presidente Adolfo Rodríguez Saa. Cuando la delegación de la
Asociación Empresaria Argentina, AEA, con El Profesional entre ellos, fueron a
plantearle la alternativa inexorable de la devaluación. El fin de la
convertibilidad.
Pero El Adolfo, que entonces
se codeaba con próceres y ángeles, les dijo que no. E intentó, romántico,
convencerlos. Lo desmantelaron en dos días.
Fue inútil que El Adolfo
pidiera el apoyo de los gobernadores para la errónea reunión de Chapadmalal.
Bastaron para desalojarlo 25 caceroleros de pantalón corto y ojotas. Y lo
sucedió el senador Duhalde.
Moraleja: los empresarios
tuvieron la devaluación que los rescataba. Después la pesificación asimétrica
que los arrastraba hacia la gloria, mientras millares de desgraciados se
hundían.
Pero el combo Duhalde venía
con la trampa de Kirchner de postre. Insaciable y duro como el jefe de El
Profesional. Magnetto.
Nalgas
a merced
Kirchner lo llevaba esposado
a Magnetto con la megafusión Cablevisión-Multicanal (que hostigaba la irritante
doctora Gils Carbó).
El Lobby PatrióticoFue
aprobada después de cuatro años. Pero Magnetto ahora no tiene cuatro años para
esperar que Macri le apruebe la fusión Cablevisión-Telecom.
Componenda que el paisano
Carlos Slim, mejicano de Claro, y los directivos de Telefónica, veían venir
desde que los profesionales pretendieron colarse para despachar el 5G. Y sin
poner los 1.500 palos verdes que pusieron los españoles de Telefónica y el
Paisano. La componenda estaba cantada. Telecom era de David Martínez, otro
mejicano socio a su vez de Magnetto en Cablevisión.
Sólo había que sentarse a
esperar. Y que el Ministerio de Comunicaciones, a cargo del Intocable Oscar
Aguad, cumpliera, e hiciera los deberes. Tareas para el hogar.
Congelar, en principio, la
Ley de Medios, que tanto reivindicaban Mariotto, Sabbatella y la doctora
Peñaflor.
Facilitarle el acceso a
Clarín para convertirse en la “Gran Telco del Sur” (sobre todo sin ponerla).
Resolver (mal) la cuestión
pendiente y familiar del Correo.
Para transformar después el
ampuloso ministerio en franciscana secretaria. Cumplido el objetivo, servía
para situarlo entre los trastos institucionales que suele amontonar el Ministro
Andrés Ibarra, el modernizador de lo desconocido.
Falta apenas liquidar la
Enacom, próxima ONG. Y legitimar la fusión que sólo puede llevarse adelante con
el presidente de la casa, un buen amigo con las nalgas a merced.
La
frontera del ridículo
Nadie debe sorprenderse si
El Profesional, sale a socorrer al gobierno. Cuando lo percibe empantanado,
desbarrancado y en banda. Con la ley previsional que se les caía por mala
praxis política. Después de haber franeleado el gran acuerdo con los
gobernadores y los senadores.
Sin embargo los gobernadores
del Peronismo Perdonable no pudieron convencer a sus diputados para que
apoyaran la ley, como habían prometido.
Es que ya estaba instalado
que la ley perjudicaba a los jubilados. Y los voceros voluntaristas del
macrismo se esmeraban en los detalles técnicos, sin percatarse que el problema
era político.El Lobby Patriótico Equivocadamente, en su sobreactuación, Macri jugaba
su destino con la ley. E instruyó a la señora Bullrich, represora repentina,
para que mil gendarmes los cuidaran, amontonados en la frontera del ridículo.
Lejos de disuadir, los
gendarmes, marcianos en la gran ciudad, eran carniceros soviéticos que estimulaban
la actuación de los doce diputados. Kirchneristas, massistas y dondistas, que
los enfrentaron.
El bochorno expresionista de
los piedrazos y los balazos gomeros fue televisado en directo. El presidente de
Cámara de Diputados adquirió cierta trascendencia internacional al tirar un
corto hacia el aire, poco antes que la real Conductora del Colectivo Cambiemos,
la señora Elisa Carrió, decidiera levantar la sesión y destrabara, en
simultáneo, el conflicto irrisorio. Con la promesa del bono para los jubilados,
que sorprendía a sus conducidos. Los vacunaba.
La ley ahora se va a
aprobar, para celebrarla con euforia, con los sombreros al aire. Como si
derrotaran -otra vez- al kirchnerismo.
Decisiones
de gobierno
El Profesional, apoyado por
El Sobrinito, trató de influir sobre cinco gobernadores. Es legítimo que todos
lo nieguen con énfasis, aunque no resistan la simpleza de un tuit.
Cuatro peronistas
perdonables y el socialista mormón ya estaban decididos a embocar
patrióticamente a los jubilados. Aunque sus diputados, con algún recato, no les
hicieran caso. Debían volver pudorosamente a sus provincias sin arriesgarse al
escrache colectivo. O a que cualquier jubilado le dijera:
“Me
estafaste, no te voté para que me garques”.
El Lobby PatrióticoEl
Profesional se comportó como un lobbysta patriótico.
Clarín necesita que pase
esta ley berreta para que el gobierno se consolide y no se caiga nunca. O por
lo menos antes que, en Defensa de la Competencia, se apruebe la fusión con que
el Grupo se juega la dinámica del ascenso, mientras los gobiernos pasan y
Clarín queda, cada vez más imbatible y fuerte. Listo, siempre, para tomar las
decisiones de gobierno que correspondan.