No voy a pretender que el
presidente sea un conocedor de la labor de Manuel Belgrano, menos que intente
imitarlo, lo que sería muy bueno, simplemente digo que en épocas de olvidos
interesados y fiestas patrias en que su pueblo está ausente, la figura del creador de la bandera nacional,
se vuelve necesaria como la conciencia moral de Mayo y se proyecta al futuro.
Belgrano es el presente, por
su compromiso en cuestiones, que a más de 200 años, los argentinos seguimos
padeciendo en lo económico, social,
ambiental y de género, entre otras.
En su visión de una economía
con gran sensibilidad social expresaba: “el
mejor modo de socorrer la mendicidad y miseria es prevenirla y atenderla en su
origen; y nunca se puede prevenir si no se proporcionan los medios de que el
Mendigo busque su subsistencia.”
En una lección de moral
económica, y en defensa de los pequeños productores propone la creación de un
fondo de fomento “con destino a socorrer
al Labrador”, y continúa diciendo en
torno a la oligarquía de entonces y ahora:
“yo espero que se adopte el
pensamiento, para evitar los grandes monopolios que se ejecutan en esta Capital, por aquellos
hombres que desprendidos de todo amor hacia sus semejantes, solo aspiran a su
interés particular, y nada les importa el que la clase más útil del estado, o
como dicen los Economistas, la clase productiva de la sociedad, viva en la
miseria y en la desnudez que es consiguiente a estos procedimientos tan
repugnantes a la naturaleza, y que la misma Religión y las Leyes detestan. Es preciso confesar que los pudientes no
han hecho más que el Comercio de Europa sin atender a otros ramos, se ha
pensado que el dinero era la verdadera (riqueza); así es que a la Plata y Oro
se ha pospuesto infinitos otros medios más útiles a la humanidad”.
Tampoco le fue ajena la
situación de niños y mujeres en estado de pobreza, para los que proponía la
creación de escuelas públicas y de artes y oficios con las cuales se daría
ocupación a las gentes pobres, y especialmente a los niños, e industrias “para que trabajasen tantos infelices, y
principalmente el Sexo femenino, Sexo en esta País, desgraciado, y expuesto a
la miseria y desnudez, los horrores del hambre, y estragos de las enfermedades,
expuesto a la prostitución, expuesto a tener que andar mendigando de Puerta en
Puerta un pedazo de pan para su sustento, sabedor de todos los males que sufre
este Sexo por falta de trabajo”. Y para el trabajador reclama salario
digno, ya que “Es indudable que el hombre se abandona luego
que no halla recompensa en su trabajo, y que no ve el premio de sus fatigas.”
En torno a los suelos y su
protección, decía: “No se debe menos
atención a los Montes. Es indispensable poner los mayores esfuerzos en poblar
la tierra de Árboles, mucho más en las tierras llanas, que son propensas a la
sequedad cuando no están defendidas, la sombra de los árboles contribuye mucho
para conservar la humedad, y proporcionan mil ventajas al hombre; en Europa, se
premia a todos los que hacen nuevos plantíos, y los particulares por su propia
utilidad se destinan a este trabajo, además de haberse prescrito leyes por los
Gobiernos para un objeto tan útil como este. Tal es en algunos cantones de
Alemania que no se puede cortar
Árbol ninguno por propio que sea para los usos de Carpintería sin antes haber
probado que se ha puesto otro en su lugar; añadiendo a esto que ningún
habitante de la Campaña puede casarse sin presentar una Certificación de haber
comenzado a cultivar un cierto número de Árboles; también asegura, que en
Vizcaya hay mucho cuidado para que todo Propietario que corte un Árbol ponga en
su lugar tres”.
“Se
podía principiar cercando las Heredades con los
árboles. Los cercos contribuyen a la fertilidad del terreno, defienden
de los grandes vientos, y hacen que se mantenga más tiempo la humedad; siendo
de árboles como propongo, pueden dar leña
para sus necesidades…y con el
tiempo tendremos maderas en abundancia para nuestros edificios y demás usos”.
Distinto hubiera sido el
destino del quebracho y otras especies, si los funcionarios hubieran
homenajeado a Belgrano con hechos, más que con actos que no sirvieron para
salvar nuestro patrimonio natural.
En relación a la
importación, y los fondos buitres cuyos efectos provocan: recesión, imposibilidad de venta de nuestras propias
manufacturas, quebranto de los hacendados por falta de valor de las
producciones, dice: “Señores, todos los
pagos se han hecho con dinero en efectivo” y se pregunta “¿Y cuáles han sido las ventajas que hemos
conseguido? La destrucción, el aniquilamiento de nuestros fondos,”. Y sigue,
“Están persuadidos aun, con un
orgullo increíble, que su poder es inmenso, y aun les parece que no hay
autoridad que los juzgue, y por esto mismo se les debe hacer conocer la energía con que nuestros jueces han sostenido
las obligaciones de sus cargos,” aunque más no “sea para que conozcan nuestros
venideros que hubo hombres de bien en medio de la corrupción,” que supieron
mantener la pureza de las leyes y cumplieron con lo que ellas mandan.
Sobre la concentración y la
distribución de la riqueza dice: “como
lo aseguran los Economistas, la repartición de las riquezas hace la riqueza
real y verdadera de un País, elevándolo al mayor grado de felicidad, mal podrá
haberla en nuestras Provincias, cuando se reducen las riquezas a unas cuantas
manos que arrancan el jugo de la patria y la reducen a la miseria”.
Belgrano habla de monopolios, clases sociales explotadas, fomento del Estado a
las actividades productivas, mejoramiento de la calidad de vida, miseria y
desnudez de los trabajadores, etc., por lo que no tengo dudas que si en el
Gobierno Nacional, leyeran estas frases, sin saber su autor, diría que están en
presencia del discurso de un populista, que no comprende las ventajas del
mercado global.