ATERRIZAJES TODOS LOS
MIÉRCOLES Y JUEVES.
Los aterrizajes en el
establecimiento ganadero Santa Úrsula, un predio arrendado por un ciudadano
brasileño, situado sobre la ruta provincial 12, en Corrientes, se repetían los
miércoles y jueves. Era una situación extraña, sobre todo porque en el campo no
había vacas, pero sí hombres armados que custodiaban las aeronaves en las que
se transportaba por semana una tonelada de cocaína desde Bolivia.
CON TOTAL IMPUNIDAD
El movimiento alarmaba a los
pobladores de esa zona cercana a Santo Tomé, en Corrientes. A medida que los
vuelos y aterrizajes se hacían más frecuentes, crecía la desconfianza y el
temor por el paso rasante de las avionetas Cessna, y no estaban equivocados. “Santa Úrsula” y la
estancia “Santa María del Aguapey” eran usadas por una importante organización
narco transnacional -conformada por argentinos, paraguayos, brasileños y
bolivianos- para acopiar en Corrientes grandes cantidades de cocaína que
provenían de Bolivia para después distribuirla en distintos países.
LA INVESTIGACIÓN JUDICIAL
Así lo determinó una
investigación judicial que comenzó en 2013 cuando las máximas autoridades del
Escuadrón 57 “Santo Tomé” de la Gendarmería Nacional presentaron a la Justicia
federal la investigación. Seis meses antes habían empezado a seguir de cerca
los movimientos en esa estancia. Pero era complicado pasar inadvertidos. Los
gendarmes eligieron disfrazarse como cazadores para pasar la noche en el campo
y observar el movimiento de los aviones. Por ese motivo, al operativo lo
apodaron “Ciervo blanco”.
INCREÍBLE CANTIDAD DE COCAÍNA
La cantidad de cocaína
secuestrada fue inusual para Corrientes, una ruta natural de la marihuana que
se produce en Paraguay. Pero esta causa abrió interrogantes sobre nuevos
caminos de la droga, esta vez con origen en Bolivia hacia el centro del país,
con Corrientes como punto de acopio para la distribución. Pero lo que más
encendió la alarma es que esta organización tenía un perfil transnacional, con
hombres de la Argentina, Perú, Paraguay, Bolivia y Brasil.
3 AÑOS DE INVESTIGACIÓN
Después de más de tres años
de investigación judicial, el caso entró ahora en su etapa decisiva en un
juicio oral y público a cargo del Tribunal Oral Federal (TOF) de Corrientes,
donde once personas están en el banquillo de los acusados. El Ministerio
Público está representado por Carlos Schaefer y alegará ante el TOF el próximo
martes.
LA INVESTIGACIÓN
Según la investigación
judicial, el 14 de noviembre de 2013, cuando “un helicóptero de la Gendarmería
Nacional sobrevolaba la zona, sus tripulantes observaron en cercanías al casco
de la estancia Santa María del Aguapey, -en una pista de aterrizaje- un avión
rodeado por un grupo de personas y vehículos. Cuando los gendarmes decidieron
descender, los sospechosos intentaron darse a la fuga, pero fueron alcanzados y
reducidos por los uniformados”.
En la estancia había un Cessna
modelo U206G, matrícula CP-2037, y los gendarmes secuestraron “documentación de
todo tipo, como papeles de la República de Bolivia”, un GPS, una cámara de
fotos, teléfonos, una cisterna con capacidad para 1500 litros de combustible
para aviones, y un acoplado en el que estaban ocultos 330 kilos de cocaína.
4 TONELADAS DE COCAÍNA POR MES
ENTRABAN POR ESAS ESTANCIAS.
Según la Administración
Federal de Ingresos Públicos (AFIP) el valor de la droga ascendía a los $
35.000.000. El fiscal Schaefer dijo que esta organización realizaba dos o tres
vuelos por semana, por lo que se presumen que llegaban a esos campos más de
cuatro toneladas de cocaína por mes. Para controlar esa cantidad de droga, en
el casco de la estancia había hombres armados con fusiles, equipos de
comunicaciones y visores nocturnos.
LAS PRUEBAS
“Los elementos de prueba
permiten afirmar que los sospechosos con anterioridad al 14 de noviembre de
2013 pusieron en marcha una sofisticada organización criminal, con evidentes
componentes internacionales, dedicada al tráfico ilegal de estupefacientes;
cumpliendo para ello varios roles distintos, desplegando su accionar por
diferentes puntos geográficos de la Argentina y de Perú, Bolivia, Paraguay y
Brasil con epicentro en Santo Tomé, Corrientes, donde utilizaban la
infraestructura de antiguos y alejados establecimientos rurales, situados en
una zona limítrofe con Brasil y Paraguay, como ser las estancias Santa Úrsula y
Santa María del Aguapey”, señala el dictamen de elevación a juicio.
ORGANIZACIÓN TRASNACIONAL
Esta organización
transnacional, según la investigación que llevó adelante el fiscal Schaefer,
estaba liderada por Carlos Elías Pacheco, un consignatario de hacienda oriundo
de Santo Tomé. Este hombre era quien, se presume, mediaba en la cadena del
tráfico de estupefacientes junto con Silvio Lima Borges, brasileño, quien se
encuentra prófugo.
Otros supuestos miembros de
la banda como Carlos Pereyra (paraguayo), Edison Álves Dzwieleski (brasileño) y
Osvaldo Villán (argentino) eran los nexos entre los transportistas que
piloteaban los aviones y los destinatarios de la droga tanto en Argentina como
en el exterior.
William Hurtado Suárez y
Gabriel Pirro Mori, boliviano y peruano respectivamente, eran los tripulantes
de la aeronave donde fue secuestrada la droga en noviembre de 2014 en la
estancia Santa María del Aguapey.
José Alberto Velazco está
imputado como coautor funcional, ya que su tarea habría consistido en recibir
directivas de Pacheco, uno de los cabecillas de la organización. Simulaba ser
capataz de la estancia, cuando en realidad su tarea consistía básicamente en
organizar la recepción de los vuelos que traían cocaína.
María Hilda Calabrese y
Florentino Niemiz aparecen ligados con la banda por realizar los contratos de
arrendamiento y de pastaje de los campos donde se desplegaba la actividad
criminal. Pero allí no pastaban las vacas sino que aterrizaban aviones con
cocaína boliviana.
Más allá de que ambos
mantenían una relación sentimental tenían estrechos vínculos con los líderes de
la banda. Niemiz además está sospechado de contratar a las personas que
recibían la droga que llegaba del extranjero. El misionero Horacio Acosta está
acusado de los aviones y de blanquear el dinero a través de la compra de
emprendimientos productivos agropecuarios. Fue detenido en la noche del 25 de
abril de 2014, cuando realizaba los trámites migratorios para cruzar el puente
internacional San Roque González de Santa Cruz, que une las ciudades de Posadas
y Encarnación, Paraguay.
LA DROGA HACIA BRASIL
Para los investigados está
claro que uno de los objetivos de la organización era traficar la droga hacia
Brasil. “Un comentario especial merece la participación del ciudadano brasileño
Dzwieleski en el hecho, ya se le atribuye el rol de integrante de la asociación
ilícita, dado sus antecedentes delictuales en su país de origen resulta
altamente probable que su participación en los hechos haya ido mucho más allá;
máxime cuando uno de los cabecillas de la organización, Lima Borges era de la
misma nacionalidad y uno de los objetivos de la organización era reducir la
droga en la República del Brasil”.
Itatí sigue dando que
hablar: Secuestraron cargamento de 700 kilos de marihuana.
Un cargamento que contenía
casi 700 kilos de marihuana y que tenía como destino la localidad correntina de
Itatí -cuyo intendente está detenido como sospechoso de narcotráfico- fue
secuestrado en un operativo conjunto de varias fuerzas en Paso de la Patria -en
la misma provincia- informó hoy el Ministerio de Seguridad.
El procedimiento fue llevado
a cabo ayer en el marco del Operativo Conjunto Abierto de Frontera (OCAF), en
el que participaron la Prefectura Naval Argentina (PNA), la Gendarmería
Nacional (GNA) y la Policía de Corrientes.
Según informó el ministerio,
tras diversas tareas de inteligencia se pudo determinar que una banda de
narcotraficantes iba a ingresar un cargamento de droga proveniente de Paraguay
a través del río Paraná.
Ubicados en la costa del
Paraná, los efectivos observaron a dos hombres sindicados como los “punteros de
la operación” que se trasladaron en una moto desde un camino lindero al río en
dirección a la ruta provincial 1. Ante esto, efectivos de las fuerzas de
seguridad se ocultaron en el monte y divisaron a cuatro hombres trasladándose a
caballo y cargando grandes bultos, motivo por el cual el procedimiento terminó
llamándose “Operación Jinetes”.
Los oficiales les ordenaron
a los hombres que detuvieran el paso, pero los jinetes, tras una persecución,
lograron escapar a través de la densa vegetación de la zona. Sin embargo, los
agentes secuestraron el cargamento, que contenía 24 bultos con 769 paquetes de
marihuana cuyo peso final arrojó 699,7 kilos. Intervino en la investigación la
Fiscalía Federal 1 de Corrientes, a cargo de Flavio Ferrini y el Juzgado
Federal de Carlos Soto Dávila, quienes ordenaron que los efectivos trasladen lo
secuestrado hasta la sede del Escuadrón 48 de la GNA en la capital provincial.